Alimentación y sexo
Una buena respuesta sexual depende de una buena alimentación, que incluya los nutrientes que el cuerpo requiere para predisponerse de la mejor manera al encuentro con la pareja
Por Pita Garibay
La comida y el sexo guardan una estrecha relación, ambos son considerados generadores de placer para el ser humano e incluso existen listas interminables de alimentos afrodisíacos, que se dice estimulan la líbido. La verdad es que la base para mantener el vigor sexual y la buena salud es llevar una alimentación adecuada.
Las culturas antiguas daban mucha importancia a los alimentos en referencia a la salud sexual. Es el caso de los griegos quienes veían en la zanahoria y el poro, verdaderas medicinas para el amor; algo similar sucedía con los espárragos y la yema de huevo entre los árabes; con los pescados y mariscos, en los franceses; y la ciruela pasa entre los ingleses.
Recuperando la energía
Y ya que el sexo implica también un gasto energético, se requiere reponer esa potencia; ¿cómo lograrlo? mediante el consumo de alimentos adecuados que aporten los nutrientes necesarios para mejorar la resistencia.
Hay mucha relación entre lo que comemos y la energía que tenemos, pues es sabido que las cualidades energéticas de un alimento dependen de sus componentes y de cómo fueron cocinados. Por ejemplo, los alimentos de origen animal favorecen la potencia y la excitación, mientras que los de origen vegetal estimulan la relajación y el gozo.
Pero la clave, como siempre, está en el equilibrio de nutrientes pues aunque pudiéramos pensar que una dieta rica en vegetales es lo mejor, el interés del hombre por el sexo se puede ver reducido si su dieta es totalmente vegetariana, rica en lácteos y dulces. Mientras que un régimen rico en carne y embutidos puede producir demasiada tensión y poca motivación para el sexo.
Los especialistas señalan que el secreto está en consumir un 75% de carbohidratos junto a vegetales, frutas, granos y legumbres; casi como la alimentación que muchos deportistas llevan para mejorar su rendimiento.
Comida sana, plenitud sexual
Los llamados alimentos afrodisiacos tan socorridos no son mágicos ni se ha comprobado que algunas sustancias contenidas en ellos tengan efectos sobre el deseo sexual. Simplemente se reconocen como afrodisiacos porque aumentan el estado de bienestar, como el caso del chocolate; porque desinhiben a los sujetos, como el vino; o por su propia forma fálica, como el plátano y las zanahorias.
Científicamente está comprobado que el consumo de ciertas vitaminas y nutrientes puede estimular la circulación sanguínea, reforzar la vitalidad, provocar que el organismo segregue sustancias eufóricas o relajantes y, hasta favorecer la fertilidad.
Los alimentos que pueden promover una vida sexual activa son aquellos que contienen potasio, vitaminas del complejo B, zinc y selenio. La vitamina E mejora la irrigación sanguínea de los órganos sexuales; el fósforo, calcio y magnesio, colaboran con el deseo sexual. Además de ciertas frutas, como las fresas, cerezas o almendras, que estimulan los sentidos y proporcionan energía.
Los alimentos más recomendados para tener más fuerza y vitalidad sexual son: miel, polen de abeja, nueces, avena, lecitina, germen de trigo, huevo, espinaca, zanahoria, levadura de cerveza, apio, pescado, jengibre y chocolate.
Como dijimos antes, la forma de preparar alimentos también influyen en el efecto que éstos causan sobre la líbido. Aquellos muy cocidos y de alto contenido proteico, potencian la energía sexual pero a la vez favorecen relaciones sexuales más cortas.
Si estás preparándote para un apasionado encuentro con tu pareja, abstente de comer condimentos en exceso y alimentos fríos, como la calabaza o la sandía, pues causan indigestión y pueden inflamar el estómago, provocando colitis.
Reavivando la llama...
Entre los factores que pueden reavivar la función sexual y permitir relaciones sexuales plenas están: mejorar la eliminación de toxinas, mediante el correcto funcionamiento de los intestinos; estimular la circulación sanguínea de los órganos pelvianos que en ocasiones están debilitados debido al exceso de toxinas acumuladas y la falta de una correcta irrigación.
Se recomienda además eliminar de la dieta lo que Anne Hopper llama “alimentos antipasión”, aquellos que, por el contrario, enfrían la pasión pues poseen factores antitiroideos como el nabo, las coles, los cítricos, los pepinos, entre otros; recordemos que el deseo y la actividad sexual están regulados por la tiroides.
Por su parte, los azúcares refinados y los lácteos procesados además de reducir la libido, influyen en los problemas de reproducción femenina; en los hombres, el azúcar refinado y una dieta pobre en proteínas, agravan la impotencia y la eyaculación precoz.
El tabaco también es uno de los grandes enemigos del buen sexo, ya que obstruye la circulación de la sangre y es causante de problemas de erección.
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